Читать книгу Imparable hasta la médula. El cáncer como aprendizaje de vida онлайн

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El doctor López abandonó la habitación después de haber presenciado aquel pulso entre mi madre y yo, custodiado por Maite. Ella tampoco tardó en dejarnos a solas para que pudiéramos tener algo de intimidad en la que asimilar aquel despropósito. Mi madre nunca me reprochó mi decisión. El miedo nos tenía atrapadas a ambas en su espiral. Pero su mirada, además de la inquietud y la angustia, me transmitía un amor tan profundo que quise convertir aquel sentimiento en mi tabla de salvación y encontrar en ese cariño incondicional la seguridad para combatir al monstruo que se había apoderado de mi sangre. No me atrevía ni siquiera a pronunciar su nombre.

Si todo aquello era real, mi único anhelo era que el cáncer saliera de mi vida lo antes posible y sin hacer mucho ruido. No sabía entonces que me enfrentaba a una ruleta rusa injusta y cruel, dispuesta a disparar sin concesiones, y que tenía las mismas probabilidades de salir indemne que de sufrir una herida mortal. Pero en cuanto lo supe, decidí quedarme en el bando del cincuenta por ciento que conseguía vencer aquella lacra, y me preparé para la batalla tratando de recopilar toda la información posible. De modo que cuando llegó una enfermera la acribillé a preguntas.

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