Читать книгу Imparable hasta la médula. El cáncer como aprendizaje de vida онлайн

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Aún a riesgo de decepcionar a la fallecida Sontag, el cuarto al que me trasladaron parecía una cámara acorazada. Tras atravesar una doble puerta de acceso llegamos a una habitación estanca con un ventanuco sellado que daba a la otra cara del hospital. Sobria de mobiliario, la estancia disponía tan solo de una cama, una mesilla y un sillón. Nadie nos había explicado todavía la razón por la cual habían decidido trasladarme a un lugar estéril y aislado, pero empezaba a intuir que el cáncer definitivamente se había infiltrado en mi médula ósea y estaba envenenando mi sangre. Mis sospechas se confirmaron cuando el doctor López se presentó ante mí para poner nombre y apellidos a lo que me sucedía.

—Tienes leucemia linfoblástica aguda con cromosoma Filadelfia positivo.

Me quedé con cara de póquer analizando las palabras que acababa de escuchar. Al parecer, había un cromosoma con nombre de queso de untar que añadido a los términos leucemia aguda no auguraba nada bueno.

—¿Y eso, hablando en cristiano, qué significa? —pregunté.

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