Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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No obstante, el rápido deterioro de la situación llevó a la administración Grant a ofrecer su mediación en el verano de 1869. El proceso de negociaciones, conducido por Hamilton Fish, es relativamente bien conocido66. El gobierno Prim (18-VI-1869/4-I-1871) entró en conversaciones con los Estados Unidos para conceder la independencia a la Isla a cambio de una indemnización monetaria por parte de las futuras autoridades cubanas, indemnización que sería garantizada por el gobierno norteamericano67. Las negociaciones, sin embargo, acabaron rompiéndose debido al rechazo español a la exigencia norteamericana de declarar un alto el fuego inmediato en el combate con los independentistas cubanos como paso previo para llegar a un acuerdo68.

Tras el fracaso de las negociaciones, en el Congreso de los Estados Unidos aumentó la presión para reconocer a los rebeldes. Lo único que evitó que el presidente se aviniese a los deseos del legislativo y decidiese otorgar el estado de beligerancia a los insurgentes cubanos fue la oposición de Hamilton Fish, que amenazó con dimitir como secretario de Estado. En última instancia, Grant no estuvo dispuesto a perder al conductor de su política exterior y rechazó públicamente, en su mensaje especial del 13 de junio de 1870, las peticiones de reconocimiento de beligerancia de los rebeldes cubanos69.

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