Читать книгу El auge de la brutalidad organizada. Una sociología histórica de la violencia онлайн

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ssss1 Esta sección del capítulo se basa en parte en Malešević y Ryan (2013).

ssss1 Aquí solo me centraré en la violencia organizada. Para una crítica extensa de la interpretación de Elias de la violencia tanto interpersonal como organizada, véase Malešević y Ryan (2013).

ssss1 El término empírico se usa aquí en un sentido general. No nos centraremos en las críticas históricas convencionales a Foucault, que destacan su arbitrariedad a la hora de datar acontecimientos y procesos. Por ejemplo, Foucault fecha el cambio al poder disciplinario en un periodo entre 1760-1840, pero los datos de Spierenburg (2004) indican que los cambios en las prácticas de castigo son anteriores y también continúan después de este periodo.

II. VIOLENCIA A LARGO PLAZO

INTRODUCCIÓN

A diferencia de muchos otros procesos sociales, el acto de la violencia exige por lo general una respuesta inmediata. La víctima podría contraatacar rápidamente o pedir retribución, venganza, sanción legal o al menos una justificación para ese ataque. Dado que la violencia no es algo natural para los seres humanos, los actos violentos suelen provocar sorpresa, tensión o conmoción y, como tales, implican un intento de reparación instantánea de lo que supone esta situación inusual. Este énfasis en la inmediatez también se refleja en las explicaciones de las ciencias sociales, que se centran en gran medida en las causas directas e inmediatas: frustración, ira, falta de respeto, de empatía, de autocontrol, sentido de injusticia, fanatismo religioso, disturbios patológicos, etc. Si bien estos factores pueden motivar algunos casos de violencia interpersonal, es poco probable que expliquen la transformación de la violencia organizada durante largos periodos de tiempo. Mientras que las frustraciones, la ira o el sentido de injusticia pueden desempeñar un papel en los motivos individuales para participar en una acción revolucionaria, una guerra o un genocidio, estos estados psicológicos no pueden explicar cómo y por qué las revoluciones, las guerras y los genocidios ocurren en primer lugar, o por qué esas emociones solo se materializan en algunas ocasiones y nunca lo hacen en la mayoría de los casos. Por lo tanto, para medir la dirección de la acción violenta a lo largo de los siglos, es necesario explorar contextos estructurales más amplios y ver cómo estos influyen en la dinámica de la violencia a lo largo del tiempo. En este capítulo se articula una versión de la perspectiva de la longue durée que tiene como objetivo comprender las dinámicas históricas de la violencia organizada, observando el papel que juegan los poderes organizativos e ideológicos en este proceso. También se analiza cómo el crecimiento de la capacidad organizativa y la penetración ideológica se vinculan con la transformación de la solidaridad grupal.

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