Читать книгу El auge de la brutalidad organizada. Una sociología histórica de la violencia онлайн

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Y lo que es más importante, se defiende que las dinámicas sociales de la violencia organizada se captan mejor cuando se centran en los tres procesos históricos a largo plazo que determinaron su desarrollo: la burocratización acumulativa de la coerción, la ideologización centrífuga y el desarrollo de la microsolidaridad (Malešević, 2013a, 2010). Enfatizar estos tres procesos no significa que cubran todos los aspectos del cambio social o todas las formas de acción violenta a lo largo de la historia. En este sentido, el marco teórico utilizado no se contempla como un modelo causal capaz de explicar todos o los casos más significativos de violencia organizada a través del tiempo y el espacio. Los objetivos son mucho más modestos. La ambición es articular y utilizar un aparato conceptual y analítico concreto que permita evaluar la dirección del cambio social en relación con la violencia durante largos periodos de tiempo. En otras palabras, en lugar de identificar generalizaciones rígidas o probabilidades estadísticas sobre los orígenes y trayectorias de la violencia, la idea es observar los patrones de acción violenta desde la perspectiva de estos tres procesos históricos. Como se ha argumentado en trabajos anteriores (Malešević, 2004: 178-181), la ambición positivista de tratar el mundo social y natural como si fueran lo mismo no solo es imposible de lograr en las ciencias sociales sino que, sobre todo, estos intentos conducen normalmente a un callejón sin salida desde el punto de vista explicativo. Sin embargo, rechazar el positivismo no indica aceptar el subjetivismo relativista. Más bien, el objetivo es trabajar dentro de una versión más suave, reflexiva e históricamente arraigada del objetivismo que mantenga la opinión de que las generalizaciones interpretativas son posibles y deseables, siempre que tengan en cuenta que el mundo humano es sumamente contingente y está lleno de significados sociales y de consecuencias no deseadas de la acción individual y colectiva. Por lo tanto, este es un enfoque histórico interpretativo que se centra en los orígenes, el auge y la transformación de las organizaciones sociales, las ideologías y los patrones de solidaridad y el impacto que tienen sobre la violencia. Aunque estos tres procesos son profundamente interdependientes y se constituyen mutuamente, también es importante distinguir con cuidado las características principales de cada uno de ellos.

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