Читать книгу España y su mundo en los Siglos de Oro. Cronología de hechos políticos y culturales онлайн

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No cabe duda de que uno de los rasgos esenciales del Renacimiento –así lo pensaba Vasari– fue la sustitución de las formas un tanto burdas heredadas del arte bizantino por otras más realistas, derivadas de los modelos clásicos y del estudio directo de la naturaleza. Sin embargo, hay estudiosos que, con desdén por la originalidad del Renacimiento, afirman que la observación de la naturaleza existía ya entre los hombres medievales y que en sus obras escritas abundan pasajes que describen precisa y minuciosamente las cosas y las personas. Es verdad. Pero ese realismo es siempre sensorial e inmediato, limitado al detalle y al episodio, mientras que el realismo del Renacimiento quizá sea menos colorido en el detalle y la anécdota, pero en el conjunto se eleva a un todo que se subordina a los intereses y a las pasiones del individuo. Mientras que el artista medieval creó obras para la gloria de Dios, el artista del Renacimiento buscó crear una obra que tuviera verdad y belleza en sí misma, en fiel reflejo de la naturaleza.


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