Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн

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Esperé con impaciencia su respuesta, que no tardó. Carta paternal, no encontré en ella reproche alguno a mi actitud. Me invitaba a reconsiderar mi alistamiento, arguyendo mi edad; que en Valencia podría colaborar en actividades de la FUE, como lo hacían Juan Verdejo y Javier Peset, o en la JSU donde tenía su actividad Pedrito Gómez y que si la guerra se prolongaba ya tendría oportunidad de participar en ella con más edad. Pienso que la amplia literatura de la Generación del 98, a la que me había inducido a su lectura con interés, fundamentalmente la galdosiana, donde abundan jóvenes repletos de espíritu patriótico, tuvo que tener mucho peso en la levedad de sus términos. Lo bien cierto es que agradecí el espíritu liberal y progresista de mi padre que me afectó en momentos decisivos con sus ecuánimes decisiones, quizás saliéndose, como no, del cerrado diálogo en esa época de los años treinta, entre padre e hijo. Queriendo lo mejor para mí, no se paraba en los peligros que tal o cual decisión me pudiese acarrear. Me tenía confianza y yo siempre se lo agradecí con mi comportamiento. Como muestra la carta recibida que sin decir sí, tampoco decía un no rotundo.


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