Читать книгу Los días y los años онлайн
73 страница из 86
–¿Pero lo representa?–le pregunté.
–¡Óyeme, óyeme! ¡Qué te pasa! –exclamó el Búho desde el suelo–. Eso ya no está bien. Si vamos a preguntamos que si el pcus representa al pueblo soviético… De que lo representa, lo representa. La cuestión es otra. Estábamos hablando de cómo, hasta ahora, no ha sido posible evitar el surgimiento de burocracias.
–No hablo de cierto partido. Es evidente que en los países socialistas, el gobierno y el partido representan a la inmensa mayoría; pero esa representatividad es más formal que orgánica. Es decir que la gente, aunque cree en la necesidad de construir el socialismo y en el partido como instrumento adecuado a ese fin, no está integrada orgánicamente a la vida política de su país.
–Te entiendo –responde Gilberto, sentado junto a mí–; pero creo que no lo has dicho claramente.
–Quiero decir que los niveles de decisión son tan lejanos que se convierten en mandos y dejan de ser receptores. Y si la comunicación entre los diversos niveles se rompe, ¿hay representatividad real? Una cosa es el convencimiento de la población que acepta la guía del partido, y otra que esta guía realmente conduzca hacia el socialismo.