Читать книгу Los días y los años онлайн
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Pocas veces nos reunimos para tratar un asunto en particular, y cuando lo hacemos es para cuestiones que requieren una solución inmediata. Pero, como todos tenemos preocupaciones similares, frecuentemente aparecen éstas en la conversación. Una plática de este tipo puede durar horas; no rinde ningún resultado práctico, pero conduce a nuevas inquietudes y nuevos planteamientos.
–Aquí no vamos a tener muchos problemas –dijo Saúl.
–¿Qué? –exclamé–. ¿Aquí? ¡Qué bárbaro, Chale! ¡Nomás imagínate a los mexicanitos haciendo de las suyas en nombre del socialismo! Es precisamente aquí donde se presentarán problemas más graves. Cincuenta años de pri, burocracia, compadrazgo, corrupción, «mordidas», venalidad y quinientos de caciquismo. ¡Para empezar!
Por un rato nos quedamos en silencio. Gamundi llegó a la celda y se detuvo en el umbral.
–No sé cómo, pero habrá que evitar todas las deformaciones que han surgido –dijo Raúl bajando los bigotes y mirándose los dedos de los pies. Se quitó las sandalias y cruzó las piernas sobre la litera.