Читать книгу Si te sientes identificada, huye онлайн
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Al día siguiente me despertó mi madre, como todas las mañanas, para ir al colegio. Tardé menos de lo habitual, pues quería demostrarles a mis padres que merecía que atrasaran un día el viaje al pueblo. De camino a la escuela, mi madre aprovechó el trayecto que hacíamos las dos en moto para soltarme la típica charla de Mía, no puedes ser así. Eres muy pequeña para tener tanto carácter. Es que te pierde la boca. Ese carácter no te llevará a ninguna parte, porque la gente se va a alejar de ti cuando vea que les contestas mal. A nadie le gusta que le peguen un bufido, y menos a nosotros, que somos tus padres. Merecemos un respeto. Charla a la que asentí como una oveja, agaché las orejas y le di la razón. Hecho que a ella le pareció muy sospechoso y me dijo:
—Uy, qué mártir te has vuelto. A ver, ¿qué quieres? Quedar con ese chico, ¿verdad?
—Mamá, ¡está dispuesto a venir hasta Barcelona! ¿Qué más quieres? Es atento, se preocupa por mí y tiene en cuenta que no me dejáis ni siquiera salir del barrio.