Читать книгу Si te sientes identificada, huye онлайн

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—Tienes 13 años.

—Sí, pero eso no le quita mérito. Mamá, por favor, ¿qué más os da? Si solamente se atrasa un día la partida hacia Port, UN DÍA.

—Bueno, está bien. PERO tendrás que ayudar a Dani con los deberes. Y quedar con este famoso chico por la mañana TEMPRANO. Nada de quedar por la tarde que yo quiero comer allí.

—¡Gracias, mamá! ¿Te he dicho ya que eres la mejor madre del mundo?

—Anda, anda, no me hagas la rosca que se te ve el plumero.

Al bajar de la moto tenía una sonrisa de oreja a oreja. Por fin podría confirmarle a Ricardo —sí, así se llamaba EL chico— que íbamos a vernos. Durante la hora del patio me escondí en uno de los lavabos de abajo y le mandé un sms:

¡Hola! He hablado con mis padres y me han dicho que puedo quedar contigo el sábado que habíamos hablado por la mañana. Luego nos iremos al pueblo.

Las clases se me hicieron eternas, estaba impaciente por ver si me habría contestado o no, así que no estuve muy atenta a lo que explicaba el profesor de catalán, el cual, por cierto, tenía una cara de chiste que no podía con ella. A veces, me pillaba aguantándome la risa y me preguntaba que qué era lo que me hacía tanta gracia, que él también quería reírse. Yo, por dentro, pensaba que si supiera realmente el motivo no le haría tanta gracia.


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