Читать книгу Instrumental. Memorias de música, medicina y locura онлайн

44 страница из 76

De un día para otro, literalmente, pasé de ser un niño lleno de vida que bailaba, que daba vueltas, que reía, que disfrutaba de la seguridad y las aventuras que le brindaban un colegio nuevo, a ser un autómata aislado, de pies de cemento, apagado. Aquello fue una conmoción inmediata, como ir caminando tranquilamente por un camino soleado y que de pronto se abra una trampilla y caigas a un lago helado.

¿Queréis saber cómo arrebatar a un niño todo lo que le hace ser niño? Folláoslo.

Folláoslo de forma continuada. Pegadle. Dejadlo inmovilizado contra el suelo y metedle cosas en el interior del cuerpo. Contadle cosas de sí mismo que solo pueden ser ciertas en las mentes más jóvenes, antes de que la lógica y la razón se hayan formado del todo; esas cosas se adueñarán de él, y se convertirán en una parte integral e incuestionable de su ser.

Mi madre, pobrecilla, no se dio cuenta o no quiso darse cuenta de que algo fallaba. No la culpo. Era joven e ingenua, la vida la abrumaba y trataba por todos los medios de no venirse abajo, pese a padecer insomnio, ser resistente al Valium y tener una familia a la que cuidar sin un libro de instrucciones. Ya le costaba bastante levantarse por las mañanas, poner la comida en la mesa y seguir de pie hasta las once de la noche. Era y sigue siendo una mujer de una tremenda empatía, generosa y cariñosa, y se enfrentaba a una situación espantosa de la mejor y única manera que conocía.

Правообладателям