Читать книгу La democracia a prueba. Elecciones en la era de la posverdad онлайн

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El miércoles siguiente a la jornada electoral se inician los cómputos distritales. Primero se desahoga el cómputo de la elección presidencial, después el correspondiente al Senado y, finalmente, el de diputados federales. Los resultados de esos cómputos se envían a los consejos locales que, a su vez, hacen la sumatoria de los votos de senadores para asignar a los dos legisladores de la mayoría y a uno de la primera minoría en cada entidad. Además, se suma la elección presidencial de cada entidad y se remiten esos resultados al Consejo General del INE, que traslada el resultado de los cómputos nacionales al Tribunal Electoral, el cual tiene a su cargo, por disposición constitucional, la calificación de la elección presidencial.

Así, desde cada célula de la elección –la casilla– se puede seguir la construcción del resultado de las votaciones con toda transparencia.

Por supuesto, hay áreas de oportunidad para hacer menos onerosa y complicada la organización de las elecciones. Los cómputos podrían abreviarse si se contara con la urna electrónica de votación55 y la capacitación hacerse más ágil si se dispusiera que en lugar de visitar a la totalidad de los ciudadanos sorteados, se visitara a un número suficiente de ciudadanos que garantizaran la instalación de la totalidad de las casillas programadas.


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