Читать книгу La Relación Laboral Especial de los Abogados en Despachos онлайн

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Un buen sistema, no por laborioso descartable, para calibrar debidamente las posibilidades de éxito de una pretensión determinada, consiste en hacer a la vez de abogado de parte y de abogado de la contraria o, dicho más expresivamente, de Abogado del Diablo que, como se sabe, era la persona que designaba la iglesia romana, bajo el nombre de promotor fidei (canon 2010 del Codex Iuris Canonici de 1917) con la misión de depurar y, en su caso, objetar los méritos presentados a favor de los candidatos a las dignidades de beatos o de santos, papel que puede desempeñar ahora el promotor justitiae (Codex renovado de 1983, cánones 1403 y 1430) con la mayor flexibilidad que le interesaba, y logró introducir Juan Pablo II (1978-2005), nacido Wojtyla (1920), en estas ceremonias de reconocimiento metaterrenal. Conforme a lo expuesto, en mi práctica profesional –sucesivamente en despacho paterno, en despacho individual propio, en la dirección de despacho colectivo propio y como consultor sucesivo de dos grandes despachos– me ha sido muy provechoso el ensayo de adoptar la posición de defensor a ultranza del interés de mi cliente, contrastando los argumentos útiles con los de otro abogado del mismo bufete que jugara pasajeramente el papel de defender a ultranza el interés de la parte contraria, simulando en definitiva un avance del juicio real postrero.

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