Читать книгу Valor y capital. Escritos escogidos онлайн
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Por tanto, está claro que para que un punto cualquiera sea una tasa de equilibrio a unos precios adecuados, la tasa marginal de sustitución debe ser decreciente en ese punto. Como sabemos, por experiencia, que casi todo el mundo tiene puntos de posible equilibrio en sus mapas de indiferencia (es decir, deciden consumir tal o cual cantidad de mercancías, y no tienen las dudas perpetuas del asno de Buridán), se deduce que en ocasiones debe ser cierto el principio de la tasa marginal de sustitución decreciente.
Sin embargo, para que la economía progrese, no basta con que ese principio sea cierto a veces. Es necesaria una validez más general que esa. La ley de la utilidad marginal decreciente solía suponerse generalmente válida (con quizá algunas excepciones especiales), y en esa validez general se basaban importantes conclusiones económicas. Tendremos que investigar de nuevo esas conclusiones. Pero, para que puedan ser válidas, necesitan una propiedad del mapa de curvas indiferencia que sea verdadera más que algunas veces.