Читать книгу La educación digital en el ámbito universitario. Un enfoque 360 онлайн
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Los EVA son mucho más que tecnología, no son meros repositorios de contenidos (Cabero, Osuna y Cejudo, 2010), sino que son espacios de interacción y relación, de construcción de conocimiento, con lo que es sumamente importante conocer las necesidades concretas del alumnado y el profesorado (Calderón-López y García-Salazar, 2021). Necesidades que van de lo tecnológico (instrumental), a lo cognitivo, actitudinal y axiológico (Gabelas y Marta-Lazo, 2015). En este sentido, los aspectos mejor valorados por parte de los estudiantes en cuanto al sistema de acompañamiento tecno-pedagógico son la atención al estilo personal de aprendizaje y el apoyo a la organización del estudio y las estrategias para lograr los objetivos de aprendizaje. Sin embargo, el aspecto menos valorado es el acompañamiento en el campus virtual, resultados que coinciden con los estudios de Mena-Rodríguez y Tójar-Hurtado (2017). Por lo tanto, el propio estudiantado pone en un segundo plano los aspectos tecnológicos y prioriza los cognitivos, meta-cognitivos y comunicativos. Una de las explicaciones que puede tener esta cuestión es el trabajo realizado por la institución para “invisibilizar” la tecnología y potenciar las estrategias para mejorar la motivación y gestionar la autorregulación del aprendizaje en los entornos virtuales e híbridos. Todo ello, en la línea de lo apuntado por Cobo y Moravec (2011), poniendo en el centro del proceso educativo la capacidad humana para generar, crear y conectar nuevos conocimientos.