Читать книгу Régimen disciplinario castrense онлайн

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El tratamiento de las sanciones para el caso de contravención de alguna de las normas contenidas en los fueros estaba en consonancia con la rudeza de las costumbres derivada de una constante vida guerrera. Esta práctica, hacía imposible fomentar sentimientos de perdón o misericordia para los infractores, donde el mismo estado de incesante inseguridad, en que se hallaban siempre los municipios durante la reconquista, hacía necesario penas de rápida ejecución, cosa que se lograba extremando la crueldad de los castigos. Así, entregar al culpable a merced de los parientes de la víctima, las mutilaciones, ser enterrado vivo, descuartizado u otras penas análogas se prodigan en los fueros municipales, a veces incluso como sustitutivas de multa en caso de insolvenciassss1.

Buen ejemplo de lo anterior lo encontramos en algunas disposiciones del Fuero de Teruelssss1. Merecen destacarse, entre otros, el especial castigo que se propicia a los traidores, descuartizando a los que entregan fortaleza y ahorcando a los vigías o porteros traidoresssss1. Para el que envíe mensaje al enemigo, se le castiga con ser esquilado en cruces, cortarle las orejas y perder su parte en el botín. Sanción pecuniaria y de inhabilitación se contempla para el vela o sobrevela por quedarse dormido en la ronda. También era inhabilitado y se consideraba ladrón el cuadrillero, adalides o escribanos que en el botín hacía engaño y que en plazo de nueve días no satisficieren sus haberes a los cavalgadores debiendo de pagarlos dobladosssss1.

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