Читать книгу El trabajo a distancia: una perspectiva global онлайн
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3. El salario, cualquiera que sea la forma de su fijación, será, como mínimo, igual al de un trabajador de categoría profesional equivalente en el sector económico de que se trate.
4. Todo empresario que ocupe trabajadores a domicilio deberá poner a disposición de éstos un documento de control de la actividad laboral que realicen, en el que debe consignarse el nombre del trabajador, la clase y cantidad de trabajo, cantidad de materias primas entregadas, tarifas acordadas para la fijación del salario, entrega y recepción de objetos elaborados y cuantos otros aspectos de la relación laboral interesen a las partes.
5. Los trabajadores a domicilio podrán ejercer los derechos de representación colectiva conforme a lo previsto en la presente ley, salvo que se trate de un grupo familiar”.
Por otra, alteró el status normativo del trabajo a domicilio, que dejó de ser una relación especial de trabajo [art. 3.1.b) de la Ley de Relaciones Laborales de 1976] y se convirtió en una modalidad del contrato de trabajo (art. 13 ET)ssss1. Esta última novación, aparte de evidenciar la relatividad y arbitrariedad del catálogo de relaciones laborales especiales (“lo que bajo una ley es relación especial deja de serlo […] bajo otra”ssss1), y de cuál sea el fundamento de la distinción entre modalidad contractual y relación especialssss1, supuso la plena sumisión del trabajo a domicilio al orden común de fuentes reguladoras de la relación laboral del art. 3 ET, excluyendo la amplísima libertad de configuración de las relaciones especiales cuyo único límite es el respeto de los derechos básicos reconocidos por la Constitución (art. 2.2 ET). En definitiva, en el Estatuto de los Trabajadores de 1980 el trabajo a domicilio aparece claramente como un contrato común de trabajo con ciertas peculiaridades legalmente reguladas referidas a: