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En fin, un papel fundamental desempeñaron en esta época las reglamentaciones de trabajo de los sectores en los que el trabajo a domicilio tenía importante presencia (piel y textil) y en las que se encontraba contenida su “regulación más característica”ssss1.

2. La ley de Relaciones Laborales de 1976

Vigente la Ley de Contrato de Trabajo de 1944 se destacó la necesidad de actualizar la regulación del trabajo a domicilio: “tiene su origen de hecho en el año 1918 y […] a partir de entonces prácticamente se ha mantenido estable. No hacen falta más argumentos para explicarse lo anacrónico de ciertas manifestaciones protectoras, la ineficacia de algunas medidas de garantía y, en todo caso, la apremiante necesidad de revisar la reglamentación”ssss1. La Ley 16/1976, de 8 de abril, de Relaciones Laborales constituyó una ocasión perdida para actualizar la ordenación del trabajo a domicilio, al tipificarlo como una de las expresamente consideradas relaciones especiales de trabajo [art. 3.1.b)]. El incumplimiento de la obligación de elaborar la correspondiente normativa especialssss1 provocó el mantenimiento de la vigencia de la legislación anteriorssss1.

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