Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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Señor, tú puedes sanarme. Tú puedes usar lo que me sucedió para demostrar tu poder y gloria. Acepto mi responsabilidad en el proceso de sanidad: voy a buscar ayuda, voy a ser paciente. Ya no quiero huir de mis responsabilidades, sino aceptarlas por tu gracia, que me fortalece.
10 de febrero
La libertad es un país extranjero
“Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud” (Gál. 5:1, LBLA).
La libertad es como un país extranjero: tienen diferentes costumbres allá. Una de las primeras veces que viajé al exterior, visité la hermosa y cosmopolita ciudad de Vancouver, en Canadá. Un día, después de mis clases de inglés en el instituto de idiomas, decidí salir a caminar. Llegué a una esquina, con un semáforo, y me paré a esperar. Esperé y esperé, pero la luz seguía roja. De pronto, apareció un muchacho canadiense, que se acercó al semáforo y presionó un diminuto botón en el poste, apenas perceptible. La luz inmediatamente cambió a verde. Crucé la calle riéndome; ¡podría haberme pasado la tarde entera esperando!