Читать книгу Reposo divino para la inquietud humana онлайн
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Es interesante observar que Eck, aun cuando apoya la autoridad de la Iglesia Católica para cambiar el sábado por el domingo, no deja de reconocer el origen creacionista del sábado, al decir que “ha sido guardado desde el principio del mundo”.131 La misma opinión aparece expresada en un documento católico más oficial, el Catecismo del Concilio de Trento (1566): “El sábado –se explica allí– fue llamado así por el Señor en el Éxodo (Éxo. 20:8-11; Gén. 2:2), porque habiendo acabado y completado la creación del mundo, ‘Dios descansó de toda su obra’ (Gén. 2:2, 3)”.132 Más adelante, el sábado es considerado “una señal, como un memorial de la creación de este admirable mundo”.133 Este franco reconocimiento del sábado como institución y memorial de la Creación desafía y contradice lo afirmado en el mismo documento acerca del derecho de la iglesia a cambiar el sábado: “Ha placido a la iglesia de Dios transferir la celebración religiosa del sábado al Día del Señor”.134 Esta patente contradicción, como veremos más tarde, volverá a ser planteada en términos similares en la tradición protestante.