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Definitivamente Salo dejo de llorar, comenzó a bajar su intensidad rápidamente, quedaron en ella sollozos y salió a buscar a su mamá para que la consolara; mi esposa no fue porque seguía en el tiempo fuera, así que la niña se quedó allí por el tiempo que le tocaba, yo bajé las escaleras y detrás de mí se iba quedando todo ese calor, fuerza, rabia, descontrol, ya había explotado, la olla a presión que tenía en mi cabeza, ¡se le rompió la tapa! y ahora que ya la presión se había liberado, no volví a intervenir ni meterme en lo que mi esposa terminó de hacer para calmar a la niña; inclusive, apenas su castigo terminó, la llevó a nuestro cuarto y cerró la puerta, para que la niña se calmara y para que yo no la escuchara más y no existiera el riesgo de ir de nuevo a explotar como lo había hecho, pero esto ya no iba a suceder, ya me había descargado, sacado todo lo que tenía, así que no había riesgo que esto sucediera, ¿Parecido al evento anterior del trabajo no? Definitivamente, es más lo que pierdo que lo que gano.

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