Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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A medida que crecemos vamos asumiendo pequeñas responsabilidades que nos preparan para otras mayores. ¿Recuerdas cuando hiciste la cama por primera vez? ¿Y cuando mami te pidió que lavaras los platos? Fuimos aprendiendo que esas tareas estaban relacionadas con los demás. Alexandra y Elizabeth tienen una perrita y cada viernes de tarde la bañan, peinan y secan su abundante pelito. Sebastián y Valeria baten huevos y los mezclan con harina para hacer la pastafrola de sábado. En familia, cuando trabajamos en equipo, todos hacen la parte que les toca, especialmente para recibir el día del Señor.

El planeta también necesita habitantes responsables. Hace algún tiempo en Florida, Estados Unidos, todos los habitantes de un pueblo debieron abandonar sus casas, pues estas comenzaron a hundirse. Acudieron geólogos e ingenieros y descubrieron que durante mucho tiempo se había extraído agua de una napa subterránea hasta que se vació y ese espacio se hundió. Un acto irresponsable que afectó a todos.

Pero también podemos tener actitudes responsables. Cepillarme los dientes antes de dormir sin que nadie tenga que recordármelo es una actitud responsable. Organizar mi tiempo para terminar mis tareas o dejar la ropa doblada son manera de colaborar responsablemente para hacer felices a los miembros de mi familia. Ellos pueden confiar en nosotros pues cumplimos nuestros deberes con responsabilidad.

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