Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

69 страница из 144

Pero esta historia bíblica tiene un final feliz. Un día, David, quien ya era rey, buscó ser bondadoso con cualquiera que quedara de la casa de Saúl. Y Mefiboset fue llamado. Humildemente y con temor, el joven se presentó delante de David. Es posible que su voz haya reflejado temor, pues inmediatamente David lo tranquilizó, asegurándole: “No tengas miedo, porque sin falta ejerceré bondad amorosa para contigo por amor de Jonatán tu padre; y tengo que devolverte todo el campo de Saúl tu abuelo, y tú mismo siempre comerás el pan a mi mesa” (2 Sam. 9:1-7). Movido por un sentimiento de profundo aprecio, Mefiboset se postró ante David y dijo: “¿Qué es tu siervo, para que hayas vuelto tu rostro al perro muerto cual soy?” (2 Sam. 9:8). Estaba confundido por la bondad de David. Según la propia opinión de Mefiboset, él era totalmente indigno de aquello. ¡Su vida cambió para siempre!

Mirta

4 de febrero


“¡No me ignoren!”

“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros” (Efesios 4:32).

Agotada, subí al autobús que me llevaría a casa nuevamente. Estaba embarazada y me sentía exhausta después de una larga mañana de actividades y clases. Pronto me sentí descompuesta. Rápidamente abrí la ventana e intenté respirar hacia afuera. Entonces escuché una voz cansada:

Правообладателям