Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн
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Nuestras hijitas dormían, y mi esposo y yo decidimos orar pidiendo ayuda a Dios. Estábamos cansados, y ahora también preocupados. Apenas habíamos terminado de orar cuando un motociclista se estacionó a nuestro lado. Sentimos que Dios nos mandaba un ángel para ayudarnos. Él nos explicó cómo llegar y nos dibujó un mapa lo mejor que pudo.
Pero, ¡nos perdimos nuevamente! Cuando estacionamos otra vez para intentar descifrar dónde nos habíamos equivocado con el mapa, ¡apareció nuestro ángel personal, el motociclista! Esta vez, insistió en que lo siguiéramos, y nos condujo a una ruta que conocíamos perfectamente. ¡Qué alivio!
Cinthya
7 de febrero
El valor de un pequeño acto
“Sean compasivos, así como su Padre es compasivo” (Lucas 6:36, DHH).
Tenía que estar callada y trabajar. Esa era la condición de una cautiva, sierva, extranjera y judía viviendo en Siria. Ella tenía muchas razones para estar con resentimiento: había sido arrebatada de su hogar, alejada de todo lo que amaba. Pero esa niña sabía cómo un pequeño acto podría hacer una gran diferencia. Conoces la historia, ¿verdad? Si no, puedes buscarla en 2 Reyes 5. Es la historia de un milagro, que le ocurrió a un capitán llamado Naamán. Él era leproso.