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¿Qué le diremos hoy a nuestro maravilloso Salvador?

Gracias, Jesucristo, porque, además de poderoso, eres un Salvador compasivo. Te consagro de nuevo mi vida, y te pido que la uses para que otros también conozcan de tu incomparable amor.

6 de marzo

“¿Quieres ser sano?”

“El que estaba sentado en el trono dijo: ‘Yo hago nuevas todas las cosas’ ” (Apocalipsis 21:5).

“¿Quieres ser sano?” Esta fue la pregunta que hizo el Señor Jesús a un hombre que había estado imposibilitado durante 38 años, y que, según su propio testimonio, esperaba que las aguas del estanque de Betesda lo sanaran.

Siempre me ha llamado la atención esta pregunta. A simple vista, pareciera no tener sentido. Sin embargo, ¿hizo Jesús alguna vez una pregunta sin sentido? Bien podría haber sucedido que el paralítico ya se hubiese “acostumbrado” a su enfermedad; es decir, ya se hubiese acostumbrado a vivir sin responsabilidad alguna porque, debido a su condición, otros cuidaban de él. Si ese era el caso, ¿por qué cambiar la seguridad que le brindaba su condición de enfermo por un futuro desconocido?

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