Читать книгу Ni una boda más онлайн
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–Buen chico –dijo Ford, al tiempo que rebuscaba entre dos capas de tela y sacaba un premio para Pyro.
–Lo siento mucho –se disculpó la mujer con un movimiento de cabeza–. Puede que haya dejado los cupcakes demasiado tiempo, pero no entiendo cómo se incendiaron. O por qué la puerta no abría.
Ford terminó de acariciar la cabeza de Pyro y se enderezó.
–Estaba en modo de autolimpieza. Eso provoca que la temperatura suba y quema todo lo que hay dentro para que luego se pueda limpiar la ceniza.
El rostro de la chica, lleno de tizne, palideció.
–¿Y si adentro había dos bandejas gigantes de masa para cupcake?
–Hierven y comienza el fuego.
La joven se tambaleó y Ford se apresuró a sujetarla por los hombros, preocupado de que sus rodillas no la resistieran. Pyro brincó alrededor de sus piernas, mirando a Ford y la chica intermitentemente, esperando órdenes de cómo ayudar.
–Estará bien –le aseguró a su perro–. Solo está un poco en shock.
La joven se tapó el rostro con una mano.
–Más bien estoy mortificada y con ganas de que la tierra se abra y me trague entera.