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Es, además, necesario a esta edad ser cortés, porque, aunque en todas las edades esté bien el ser de corteses maneras, en ésta es mayormente necesario, porque, al contrario, no las puede tener la senectud, por la serenidad y gravedad que en ella se requieren; y menos aún la senilidad. Y el altísimo poeta, en el sexto libro susodicho, muestra que Eneas tal cortesía usaba, cuando dice que para honrar al cadáver de Miseno, que había sido trompetero de Héctor y luego habíase encomendado a él, se desciñó y tomó el hacha para ayudar a cortar la leña para el fuego en que debía arder el cadáver, como era su costumbre. Por lo cual se ve que ésta es necesaria a la juventud; y por eso el alma noble la muestra en ella, se ha dicho.

Además es necesario a esta edad el ser leal. Lealtad es acatar y poner en obra lo que las leyes dicen; y esto le es menester principalmente al joven. Porque el adolescente, como se ha dicho, por minoría de edad, merece algún perdón; el viejo, por su mayor experiencia, debe ser justo y no acatar ninguna ley sino en cuanto su recto juicio esté de acuerdo con la ley, pues que casi sin ley alguna debe seguir su razón; lo cual no puede hacer el joven. Y baste con que éste cumpla la ley, y en cumplirla se complazca, como dice el susodicho poeta en el susodicho quinto libro que hizo Eneas, cuando hizo los juegos en Sicilia, en el aniversario de su padre, que lo que prometió por las victorias lealmente se lo dio a cada uno de los victoriosos, como era entre ellos antigua costumbre, que era su ley.

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