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Durante algunos días estuve merodeando por el lugar en el que se habían desarrollado aquellos acontecimientos, a veces deseando poder veros, y a veces decidido a abandonar el mundo y sus miserias para siempre. Al final me dirigí hacia estas montañas y he recorrido todas esas grutas inmensas, consumido por una ardiente pasión que solo vos podéis calmar. Y no podemos despedirnos hasta que me hayáis prometido cumplir con mis peticiones. Estoy solo y soy muy desgraciado. Nadie querrá estar conmigo, pero una mujer tan deforme y horrible como yo no me rechazaría. Ese es el ser que debéis crear para mí.
CAPÍTULO 9
La criatura terminó de hablar y clavó su mirada en mí, esperando una respuesta. Pero yo estaba desconcertado y perplejo, y era incapaz de ordenar mis ideas lo suficiente como para comprender el significado de su propuesta. Él añadió:
—Debéis crear una compañera para mí, una mujer con la que pueda vivir, que me comprenda y a la que yo pueda comprender, para poder existir. Solo vos podéis hacerlo, y lo exijo como un derecho que no debéis negarme.