Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

637 страница из 1361

—Pero, no lo entiendo —objetó Dorothy—. ¿Cómo fue que te apareciste como una gran cabeza?

—Fue una de mis tretas. Hagan el favor de venir por aquí y se lo explicaré.

Los condujo a una habitación pequeña en la parte trasera del Salón del Trono. Una vez allí, señaló hacia un rincón donde descansaba una gran cabeza fabricada con cartón y con la cara muy bien pintada.

—La colgué del techo con un alambre —explicó Oz—. Me quedé detrás del biombo y manipulé un piolín para hacer mover los ojos y abrir la boca.

—¿Pero y la voz?

—Es que soy ventrílocuo —explicó el hombrecillo—. Puedo dirigir mi voz hacia cualquier sitio y por eso te pareció que provenía de la cabeza. Aquí están las otras cosas que usé para engañarlos.

Así diciendo, mostró al Espantapájaros el vestido y la máscara que había usado cuando se presentó como la hermosa dama, y el Leñador vio que la bestia terrible no era más que un montón de pieles unidas entre sí y mantenidas separadas interiormente por medio de tablillas a fin de darles forma. En cuanto a la bola de fuego, el falso Mago la había colgado del techo, y en realidad era una gran bola de algodón que ardía con fiereza al encenderse el combustible de que estaba empapada.

Правообладателям