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"Uno de mis temores más grandes era hacia las brujas, porque mientras yo no tenía poderes mágicos, descubrí muy pronto que las brujas poseían el don de hacer cosas extraordinarias. Había cuatro en el país, y gobernaban a los pobladores del Norte, el Sur, el Este y el Oeste. Por fortuna, las brujas del Norte y el Sur eran buenas, y sabía yo que no me harían daño; pero las de Oriente y Occidente eran terriblemente malvadas, y de no haber pensado que yo era más poderoso que ellas, seguramente me habrían destruido. Por eso viví temiéndolas durante muchos años, y ya imaginarás lo contento que me puse cuando me enteré de que tu casa había caído sobre la Maligna Bruja de Oriente. Cuando viniste a verme, estaba dispuesto a prometerte cualquier cosa si eliminabas a la otra Bruja, y ahora que la has derretido me avergüenza reconocer que no puedo cumplir mis promesas.

—Me parece que eres un hombre muy malo —dijo Dorothy.

—¡No, no, querida! En realidad soy un hombre muy bueno, aunque admito que soy un Mago bastante malo.

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