Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

641 страница из 1361

—¿No puedes darme un cerebro? —preguntó el Espantapájaros.

—No lo necesitas; día a día vas aprendiendo algo nuevo. Los bebés tienen cerebro, pero no saben mucho. La experiencia es lo único que trae consigo el conocimiento, y cuanto más tiempo estés en la tierra tanta más experiencia has de adquirir.

—Eso podrá ser cierto —repuso el Espantapájaros—, pero yo me sentiré muy desdichado si no me das un cerebro.

El falso mago lo miró con atención.

—Bien —suspiró al fin—, tal como dije, no soy muy hábil como mago; pero si vienes mañana por la mañana, te llenaré la cabeza de sesos. Eso sí, no podré enseñarte a usarlos, pues lo tendrás que aprender por tu cuenta.

—¡Gracias, gracias! —exclamó el Espantapájaros—. Te aseguro que aprenderé a usarlos.

—¿Y mi valor? —intervino el León en tono ansioso.

—Estoy seguro de que te sobra valor —respondió Oz—. Lo único que necesitas es tener confianza en ti mismo. No hay ser viviente que no sienta miedo cuando se enfrenta al peligro. El verdadero valor reside en enfrentarse al peligro aun cuando uno está asustado, y esa clase de valor la tienes de sobra.

Правообладателям