Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

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―Supongo que poco tiempo estarás aquí, ¿me equivoco? ―preguntó Laurie. Luego añadió―: De todas formas, ten presente que la especulación es un juego peligroso. Hoy tienes mucho y mañana nada.

―Por ahora no pienso ocuparme de eso. Tengo entre ceja y ceja probar suerte como granjero en el Oeste. Será un sedante después de la agitación de estos últimos tiempos. De ganados ya me ocupé en Australia y tengo una valiosa experiencia.

Todos sonrieron porque sabían que aquella «valiosa experiencia» del joven Dan se debía a un fracaso sufrido como ganadero.

―Me parece una estupenda idea, Dan ―aprobó Jo―. Te estable―ces, nosotros sabremos donde estás y, si es necesario, podemos enviarte a Teddy. Podría emplear en tu granja la mitad de la energía que le sobra.

El «león» arrugó el ceño. No le seducía la vida de granjero.

―Me parece mucho más interesante el negocio de minas ―y al decir eso con aire de suficiencia, examinaba y sopesaba las muestras de mineral que Dan había traído para el profesor.

John «Medio-Brooke» dio rienda suelta a su fantasía y a su vocación de periodista.

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