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―La mayoría de las chicas desearían un enamorado tan fiel y constante ―aseguró Daisy―. Es muy bonita esta fidelidad.

―Lo juzgas así porque eres una sentimental. Los hombres deben volar por su cuenta. Estoy convencida de que a Nath le irá bien. También Tom debiera hacer lo mismo en lugar de estudiar Medicina sin vocación.

―¿Tú crees?

―No lo dudes. Los hombres deberían demostrarnos de lo que son capaces y dejamos a nosotras que también lo demostrásemos, antes de que se convirtieran en unos amos absolutos y las mujeres en esclavas. Como aún no se hace así, se producen muchos errores.

―Estoy de acuerdo ―exclamó solemnemente Alicia Heath, una joven que como Nan tenía un carácter firme―. Que se den oportunidades a las mujeres para que demuestren su valía. Y la demostraremos sin duda alguna.

―¡Enarbolad la bandera de la igualdad, mujeres! ―arengó John «Medio Brooke»―. Luchad por vuestros derechos y contad con mi leal colaboración y ayuda.

Su gesto teatral hizo reír a todos. Luego añadió:

―Aunque si en la vanguardia de las mujeres van Alicia y Nan, toda ayuda sobra.

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