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CAPÍTULO XXI
EL CABALLERO DE ASLAUGHA
La confidencia hecha a Jo operó un gran cambio en Dan. Se sentía como si se hubiera quitado un peso de encima.
En muy pocas ocasiones tenía aún destellos de su impetuosidad, pero moralmente se esforzaba en demostrar su afecto y agradecimiento a todos aquellos amigos, siendo con ellos sumamente cariñoso.
Tanto el señor Laurence como el profesor Bhaer evitaron hablarle de su pasado. Tan sólo un fuerte apretón de manos renovándole su ofrecimiento de amistad y alguna palabra de estímulo demostraron que estaban en el secreto.
Laurie interesó a influyentes amistades suyas en el asunto de los indios de Montana, a fin de que movieran los resortes gubernamentales para obtener las necesarias facilidades.
En cuanto al profesor Bhaer se esforzó en facilitar a la hambrienta inteligencia del muchacho los conocimientos de que carecía. Fue el profesor un maestro paciente y hábil, un preceptor inteligente y un auténtico padre del muchacho.
Los chicos y chicas divertían a Dan con sus travesuras y conversaciones y rivalizaban en prodigarle atenciones de todas clases.