Читать книгу Alfonso X. Esplendores y sombras del Rey Sabio онлайн

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El infante no partió solo hacia su lugar de crianza. Urraca Pérez y su marido García Álvarez se mudaron con él. La mujer debía seguir amamantándolo y no es raro que cumpliera esa función durante un buen tiempo más: era común que los niños fueran amamantados hasta los dos años de edad. Y al parecer, el ama nutricia fue casi una madre sustituta, pues Beatriz siempre estaba ocupada viajando con su marido… cuando no aprestándose a dar a luz a nuevos vástagos. En reconocimiento a sus servicios, Fernando III concedió a Urraca y a su esposo una heredad y varias casas y tierras, además de ese terreno para el cultivo.

¿Cómo pudo haber sido la niñez de Alfonso en los campos de Celada del Camino y de Villaldemiro? Del matrimonio de don García Fernández de Villamayor y doña Mayor Arias, a partir de 1216 habían nacido tres varones y cuatro mujeres. Cuando el infante quedó bajo responsabilidad de ambos, esos hijos tenían casi la misma edad que él. Y a medida que fueron creciendo pasaron a ser compañeros de juegos, aventuras y aprendizajes del infante. Conformaron entonces un vínculo de hermandad que iba a preservarse en la adultez. Cuando Alfonso accedió a la corona, además de manifestar cariño por todos ellos, nombró mayordomo real al primogénito de los ayos: Juan García de Villamayor (hacia 1216-1266), quien era uno de sus mejores amigos y fue una figura destacada de la corte alfonsí.

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