Читать книгу Alfonso X. Esplendores y sombras del Rey Sabio онлайн

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Su lucha antiislámica se extendió a lo largo de la década siguiente. Lucha que se vio coronada con la toma de plazas fuertes musulmanas y que allanó el camino para conquistar Sevilla, capital de los almohades.

Tras sus victorias, en 1230 Alfonso IX emprendió un viaje procesional a Santiago de Compostela, pues era muy devoto de ese apóstol, santo patrono de las tierras hispánicas. Pero a mitad del camino lo sorprendió una grave enfermedad y falleció el 24 de septiembre de ese año en Villanueva de Sarria, provincia de Lugo.

Con esa muerte, se desplegaba nuevamente sobre el tablero un juego por la sucesión. Y nuevamente doña Berenguela movería las piezas de una partida que se planteaba compleja.

Al parecer, ni el hijo, ni la ex esposa del rey difunto se dieron tiempo para lágrimas. Había que avanzar casillas con rapidez, astucia, determinación.

La Reina Madre y Fernando se reunieron en Toledo para planificar la estrategia para que Castilla y León volvieran a quedar bajo una misma corona. Por supuesto, la corona de Fernando.

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