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El pequeño guerrero

Había sido reconocido sin demasiada renuencia en muchas ciudades de ese reino. Pero existían importantes puntos de la Extremadura leonesa donde prevalecía cierta renuencia a aceptarlo como tal. Comenzó entonces su gira por esas ciudades, como siempre acompañado por la reina Beatriz y a cuya llegada fue logrando la adhesión necesaria para consolidar su poder sobre el territorio anexado.

En los primeros días de enero de 1231 los reyes llegaron a Salamanca, capital de la Extremadura leonesa. Se hospedaron en el alcázar ubicado en la parte más alta de la ciudad vieja, no solo porque fuera el sitio que correspondía a su rango, sino para conocer a una parte de la familia que a Fernando III le era ajena. El palacio salmantino era la residencia de doña Teresa Gil de Soverosa (¿?-hacia 1269), quien pertenecía a la nobleza portuguesa y había sido la última amante –o acaso esposa secreta– de su padre. Con ella vivían los cuatro hijos que nacieron de ambos y, aunque ilegítimos, eran medios hermanos del nuevo rey castellanoleonés.

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