Читать книгу ¿A dónde van las estrellas cuando mueren? онлайн

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—¡Ahí va! Y cuando la tortuga estaba libre no se separaba de mí, ¡y tuve que empujarla con mis pies pa que se fuera la condená!

También me habla de Carla, o la Sable, como él la llama:

—Habría sío la pirata más respetá en este lao del mundo. ¡Te lo digo yo!

Dice que ella pertenece a otra época, o a otro lugar; que tendría que haber nacido en el siglo XVIII, en plena edad de oro de la piratería.

—¡Pero ahora cuéntame tú algo, You! A ver, esa cosa que estás escribiendo, ¿de qué carajo va?

¡Vamos! ¡Le da por preguntarme sobre mi libro! Y yo, pues no sé bien qué decirle.

—Venga, You —me ha dicho en un alarde de lucidez mientras me ofrecía más de sus tomates secos híper-chiclosos—. ¿Cuál es tu constelación favorita?

Tírate ochocientos años estudiando una carrera universitaria para que te pregunten por tu constelación favorita…

—Pues, depende.

—¡Ahí va! ¿Depende de qué?

—¿Mi constelación favorita por la forma que tiene? ¿O por la historia que hay detrás?

—Veo que tienes ganas de hablar, ¿eh? En tal caso…

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