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Su población originaria proviene de un movimiento tupí-guaraní ocurrido hace miles de años. Recuerda a las grandes migraciones bantúes e indoeuropeas. Dicen que la historia funciona como una sucesión de capas geológicas que se van superponiendo. Puede ser. Lo cierto es que la división política de América Latina entera se asienta sobre ese sustrato. No es que la realidad social indígena esté al interior de los Estados, sino que es anterior a ellos. Otra cosa es que luego aparecieran descubridores preguntándose si los indios tenían o no alma. Los indígenas jamás se cuestionaron tal cosa sobre los conquistadores. Les resultaba evidente que cuerpo sí que tenían. Armas y caballos también.

En Paraguay resulta muy visible lo apuntado más arriba sobre la identidad. Sus ciudadanos se sienten orgullosos de lo guaraní, mientras que los guaraníes propiamente dichos no se identifican en absoluto como paraguayos. De hecho, los indígenas no utilizan el término ´guaraní´ para referirse a sí mismos. ¿De dónde salió entonces la palabra? Probablemente la instalaron los españoles.

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