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Otro episodio que Hernán debió de vivir muy de cerca fue el operativo en el que murió Monterrosa. El teniente coronel Domingo Monterrosa era el militar estrella del gobierno y ´hombre de los gringos´. Si hasta aquel momento la guerra la habían dirigido más bien ´generales de despacho´, Monterrosa era otra cosa. Un hombre de acción formado por Estados Unidos en la Escuela de las Américas que tenía además mucho liderazgo sobre la tropa. Había comandado el batallón Atlacatl y sido el responsable en 1981 de la masacre del Mozote, en la que a sangre fría fueron asesinados alrededor de novecientos campesinos -en su mayoría mujeres y niños-. Conforme instruían los manuales de contrainsurgencia, aquello era quitarle el agua al pez. Monterrosa estaba obsesionado con hacer callar a la radio, a la que consideraba -y la cita es textual- ´un aguijón en el culo´.

Sucedió en el marco de la ofensiva Torola IV. Era octubre de 1984.

Villalobos lo planeó bien y la cosa funcionó como un reloj. La guerrilla provocó un encontronazo con las fuerzas que el ejército había desplazado al norte del río Torola, lo que en aquella altura ellos denominaban territorio liberado.

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