Читать книгу Dimelo cantando онлайн

11 страница из 120

—¿Crees que me presentará a sus amigos?

—No pierdes nada por intentarlo.

—¿Por qué dices que los músicos no te van?

La escucho con claridad porque ya no suena la música. De repente, noto una presión en el pecho. Cojo mi vaso y doy un trago. Hago una mueca cuando el alcohol me quema la garganta. A mi lado, Chloe suelta un silbido.

—Vale, lo pillo, mejor no pregunto.

—No es nada —miento—. He oído que los músicos son muy intensos. No me gusta el drama.

Quería que dejásemos el tema, pero ahora siente más curiosidad. Espera a que añada algo más y, como no lo hago, se encoge de hombros.

—No me importaría soportar un poco de drama con tal de que me escriban canciones.

—Yo no quiero que me escriban canciones.

Debo sonar muy seca, ya que no insiste. Todavía no hemos sacado el tema de los exnovios, pero me prometo que se lo contaré algún día. He aprendido que guardarme las cosas que duelen no me hace ningún bien.

—Mientras sean intensos en todos los ámbitos, estaré conforme —añade y, de pronto, me estoy riendo.

Правообладателям