Читать книгу Amarillo онлайн
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—Exacto. La vida va marcando el ritmo, así que no desesperes —cerró enigmático y musical el doctor Sansone, y salió de la habitación.
—Admiro la sabiduría y la resiliencia de este chabón —dijo Jazmín emitiendo un profundo suspiro.
—Todos lo admiramos, la verdad —agregó la enfermera—. No habrá sido fácil criar solo a ese chiquito enfermo.
En mi cabeza nuevamente retumbó la idea de que la paternidad era un desafío, un salto al vacío. Empezaba a sentir una especie de celosa molestia con respecto al doctor Sansone por el tono apasionado con el que la flor había manifestado su sentir. En menos de quince minutos ya tenía dos contrincantes: el enfermero y el doctor. Contando al ex, eran tres.
IV
Pasaron varias semanas y yo había visto de todo. Me metí en quirófanos, y pensé en el sadismo de los cirujanos. Lo bueno en estos casos es que usan esa frialdad para curar y para salvarnos la vida. Lo mismo sucedía con las drogas, con Internet, con la inteligencia y, en fin, con todas las armas de doble filo. Vi nacer, vi morir. Me relajé en cuanto a Jazmín. Lo quería al doctor, claro. Pero como yo quería a Pepe, mi viejo. Me daba la sensación que Sansone también quería a Jazmín sin fines de lucro.