Читать книгу El secreto de la tierra y los primeros dioses онлайн

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Dicho esto, el público aplaudió y la recibió con una ovación. A un costado del gran salón, el telón se abrió para exponer ante el público a la mujer con un hermoso vestido verde que contrastaba muy bien con el tono rojo de su cabello, el cual caía hasta más abajo de sus muslos. En cuanto comenzó a cantar, nada más importó. Ni las conversaciones triviales o las charlas de negocios, tampoco que la hija de Sebastián Berserk no se quisiera casar con el mayor de los Casther. No importó qué tan buenos estaban los camarones o la deliciosa carne. Los asistentes a la celebración guardaron silencio y escucharon inmóviles, casi hipnotizados, las hermosas palabras y la poderosa voz que emergía de la boca de Miriam.

En cuanto la joven pelirroja cesó su canto, el público enloqueció y aplaudió con euforia. Los ojos de Seth no se apartaban de la mujer, hecho que incómodo e hizo sentir un tanto insegura a Ana.

De pronto, Miriam tomó la palabra:

—Gracias, muchas gracias. Estoy muy feliz de estar aquí esta noche, no puedo más que agradecer tanta generosidad.

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