Читать книгу Segunda virginidad онлайн

8 страница из 28



Isabela es de las ocho integrantes del grupito que invade todos los recreos la sombrilla azul ubicada por la pista de correr, por los árboles llorones. Varias con un pie sobre el asiento, o con las dos piernas abiertas, una a cada lado de la banca, los shorts de deporte asomados, la falda de cuadros arrugada, o sentadas arriba de la mesa de fierro, acolchada por debajo de chicles masticados, secos.

Carlota, cara de ratón feliz, bigotito decolorado, frenos, ojos azules, es el centro de atención. Las demás le preguntan qué onda con el Diego, que si le agarró la mano, que si cómo se la cantó.

¿Beso no se dieron?

¡Obvio no!, contesta Carlota, asustada, orificios de la nariz levantados, turgentes.

¿De aquí quién se ha dado beso?

Es que casi nadie ha andado de novia. La Ceci anduvo con el Óscar Caputelli pero nunca se dieron beso.

Ya date un beso para que nos cuentes, Carlota.

Isabela se une al gritillo:

¡Wuuuuuw!

Vero le pellizca el muslo a Isabela. Vero se refiere al beso que Isabela se dio en Año Nuevo con el gringo en Vail. Verónica hizo tal jeta de trauma que para qué otra y mejor Isabela no le cuenta nada de Sebastián. Mejor no le cuenta a nadie de la escuela.

Правообладателям