Читать книгу Segunda virginidad онлайн

9 страница из 28

¿Quién quiere jugar conmigo ABC?, pregunta Vero.

Yo, dice Isabela.

Vero le rasca a Isabela sin parar, con una sola uña, la zona de la muñeca que está bajo la palma, y es Isabela quien debe responder a cada letra del abecedario para acabar con la microtortura física.

A.

Adrián.

B.

Bernardo.

C.

Carlos.

D.

David.

E.

Eh, eh, ¡Elmer!

Nombres de hombres y entre más rápido y menos gritos, menos fricción de la uña con el mismo pedacito de piel, menos probabilidad de cicatriz suicida. En la P de Pablo ya todas se están burlando de la muñeca escarlata de Isabela.

Isabela, del colegio, se va directamente a casa de Rebeca, se quita el uniforme, se mete a bañar y se rasura los brazos para agregar superficies lisas a lo que Sebastián quiera tocar bajo el cloro. Bikini lila, gargantilla elástica de colores.

Las cuatro de la tarde: las botanas listas, el sol sobre la alberca.

Ding dong y es el novio de Rebeca.

Pasa el tiempo e Isabela se arregla entonces las uñas, rosa palo, las cejas, más oscuritas, las piernas bronceadas con un aerógrafo gringo mientras planea qué película pueden ver después de la alberca, una chistosa en la sala de arriba, hay dos sillones gigantes y cobijas.

Правообладателям