Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

58 страница из 101

—Puedes hacerlo siempre que vayas con cuidado de no hacer mucha fuerza. El plomo es un metal blando, así que podrías deformar la pieza.

—Tendré cuidado, papá —le prometió. Dicho esto, Kyle empapó otro trapo con aguarrás y, junto a uno de los soldaditos, se lo entregó a su hija. Ella empezó a trabajar con sumo cuidado bajo la atenta mirada de su padre.

—Sigue así, que vas muy bien —la alentó al ver que había entendido la técnica; entonces, se puso manos a la obra.

Pasaron algunos minutos sin hablar hasta que Bethany, con voz titubeante, rompió el silencio.

—Papá… he estado pensando…

Kyle la miró.

—¿Sí? ¿En qué? —se interesó. La forma cariñosa en que lo había preguntado le dejaba entrever a la joven que podía contarle cualquier cosa que la inquietase.

—Es acerca de mi madre, o, mejor dicho —esbozó una mueca—, de la ausencia de mi madre.

Kyle lo dejó todo sobre la mesa. Esa conversación requería toda su atención y no quería decir algo que pudiera herirla por estar distraído.

—Bueno, hija, ya sabes que tu madre no vive en Inglaterra. Además, con su carrera…

Правообладателям