Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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Todas las Upaniṣads son como las vacas, el que las ordeña es Krishna, el vaquero. Arjuna es el ternero, los hombres de intelecto purificado son los que beben y la leche es el néctar supremo de la Gītā.45

Es importante comprender que la Bhagavad Gītā no contiene una nueva enseñanza, sino que Sri Krishna expone, con excelsa maestría, el dharma eterno (sanātana dharma). El mismo Krishna afirma a lo largo del diálogo que él, siendo la divinidad suprema (Ishvara), en tiempos inmemoriales, le enseñó este yoga imperecedero a Vivashvan (la deidad solar), quien a su vez transmitió este conocimiento a Manu, el padre de la humanidad, quien lo enseñó al sabio rey Ikshvaku, siendo desde entonces así transmitido en una larga sucesión.

Ese mismo yoga ancestral es el que te he enseñado ahora, porque eres mi amigo y devoto. Este es ciertamente un secreto supremo.46

Acerquémonos, pues, a esta extraordinaria enseñanza y dejemos que sean las mismas palabras de Sri Krishna, por medio de una breve selección de versos de la Gītā, las que nos vayan guiando en este viaje por los distintos aspectos del camino del yoga. El contexto en el que esta enseñanza tiene lugar, aunque pueda sorprendernos, es, como ya hemos dicho, el campo de batalla de Kurukshetra. Allí, dos inmensos ejércitos están encarados y preparados para la lucha. Arjuna le pide a su primo Sri Krishna, quien también es su auriga, que sitúe el carro de combate en una posición adecuada donde poder observar al ejército enemigo. En ese momento, Arjuna ve ante sí, preparados para la terrible batalla, a sus familiares y seres queridos: a su maestro Drona, al sabio y respetado Bhishma, a sus primos, abuelos, amigos y conocidos. De repente, Arjuna sucumbe ante un estado emocional de gran decaimiento:

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