Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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Oh Krishna, viendo a todos mis parientes aquí reunidos, formados para la batalla y deseosos de luchar, mis miembros desfallecen. Se me seca la boca, me tiembla el cuerpo y se me eriza el pelo; el arco Gandiva cae de mis manos y me arde la piel. Ni siquiera puedo tenerme en pie y parece que mi mente diese vueltas.47

Después de decir estas palabras, Arjuna dejó caer su arco y se sentó en el carro con la mente turbada y abrumada por el dolor. Sri Krishna le increpó preguntándole de dónde surgía tal confusión y semejante debilidad tan poco digna de un gobernante (kṣatriya) noble y justo. A lo que Arjuna respondió:

Estoy confundido acerca de cuál es mi deber, te ruego que me indiques qué es lo mejor para mí. Soy tu discípulo, instrúyeme, porque he tomado refugio en ti.48

Este es un momento crucial en el que la relación de parentesco que tenían Sri Krishna y Arjuna se transforma en una relación entre guru y discípulo. Desde el mismo instante en el que Arjuna dice que toma refugio en Sri Krishna, es el deber de este instruirle y ayudarle. Sri Krishna, con gran fuerza, da comienzo a su enseñanza:

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