Читать книгу Miradas cruzadas. Escritoras, artistas e imaginarios (España-EE.UU., 1830-1930) онлайн
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El pensamiento ilustrado e imperialista de La Sagra hace que vea en el proletariado y su poderosa organización un peligro para la sociedad, una suerte de nuevo despotismo, debido a su escasa formación. Días antes, el autor describe el “espíritu democrático de la clase proletaria” (La Sagra, 1836: 49) que gracias a su poder de convocatoria, ha organizado diferentes juntas especiales y utilizado la prensa hasta conseguir que se apruebe una ley que obliga a las cárceles a no tomar contratas que necesiten ejercicio mecánico (La Sagra, 1836: 49-52). Como señalaba, La Sagra ve con reticencia el enorme poder del proletariado por ser excesivamente influenciable. Así lo corrobora durante su visita a Filadelfia, donde, tras señalar la oposición a que la enseñanza primaria sea gratuita para todos los hijos de los ciudadanos que paguen impuestos, apunta que algunos demagogos “recurrieron en sus ataques á diversos medios, y no olvidaron el mas ordinario y fácil, de ecsaltar los ánimos de las clases proletarias, diciéndoles que se trataba de imponer una contribucion á los pobres para enseñar a los hijos de los ricos” (La Sagra, 1836: 91).